Los pantalones están pidiendo auxilio,
Las bragas andan muy consternadas
Por tantos bocaditos bajo el ombligo;
Ellas saben que acabarán destrozadas.
Jirones de ropa quedan a medias,
Trocitos son de desvelo acalorado,
Son fragua de pasión desmedida;
Lo propio y lo tuyo se verán mojados.
Sintonía clamorosa entre tu dame y mi remite,
Bocas húmedas que se tapan y copulan,
Frentes sudorosas, y en tus nalgas mi desquite,
Forcejeo y sacudidas: dos almas que se acoplan.
Dentro, fuera, saca y mete
Viento, marea, seda, muerte,
Placer, escándalo, frenesí, dulzura,
Carne, labio, éxtasis, diablura.
Me voy de tu aliento hacia el cielo,
De tus caricias paso a contar nubes,
Cuando llego a cien lanzo cien besos
Que dan contigo y a mi lado te suben.
Ya estás arriba y me acaricias el pene,
Vuelve a encenderse: crece y endurece,
Mojo dos dedos, masajeo tu sabrosura,
Y nos damos a la vida variando postura.
21 nov 2009
26 oct 2009
Autorretrato
¿Quién serás tú, que te llaman por mi nombre?
¿Quién te da permiso para pisar mi sombra si me persigue el Sol?
si me compro unos zapatos, vas tú y te los pones,
y si abrazo a mi mujer, te quedas tú con su calor.
Creo que te conozco; sé que hablas conmigo,
me parece que nos parecemos y mantenemos un común,
vuelvo a preguntarte: ¿eres mimo de lo mío?
O si no acaso: ¿se te refiere como a mi clon?
Tu cara me recuerda a mi juventud y pasado,
veo alguna foto tuya y reconzco a mi gente,
me miro en el espejo y ¡mierda! con quién me encuentro:
con tu vivo rostro de maniquí permanente.
Tengo rizos que usas de peluca,
tengo unas manos con las que, si me despisto, escribes,
tengo una lengua con la que besas; y lo sabes hacer,
¡pero pena de ti, que te robo los labios!
He de vivir con la certeza de mantenerte,
¡quisiera yo que mi sueldo no se fuera en comida para ti!
si yo no muriera te mataba hoy mismo de hambre,
pero he de subsistir, y como y gasto por ti y por mi.
Me robas mi fama de truhán y te apoderas de mi hedonismo y mi lujuria,
de cada dos tragos que tomo, el ciento por cien vuela a tu gaznate,
me castigas con dolores, deudas y muy pocas alegrías,
y lo peor que arrastro de ti es oirte decir: ¡COLEGA ANÍMATE!
¿Quién te da permiso para pisar mi sombra si me persigue el Sol?
si me compro unos zapatos, vas tú y te los pones,
y si abrazo a mi mujer, te quedas tú con su calor.
Creo que te conozco; sé que hablas conmigo,
me parece que nos parecemos y mantenemos un común,
vuelvo a preguntarte: ¿eres mimo de lo mío?
O si no acaso: ¿se te refiere como a mi clon?
Tu cara me recuerda a mi juventud y pasado,
veo alguna foto tuya y reconzco a mi gente,
me miro en el espejo y ¡mierda! con quién me encuentro:
con tu vivo rostro de maniquí permanente.
Tengo rizos que usas de peluca,
tengo unas manos con las que, si me despisto, escribes,
tengo una lengua con la que besas; y lo sabes hacer,
¡pero pena de ti, que te robo los labios!
He de vivir con la certeza de mantenerte,
¡quisiera yo que mi sueldo no se fuera en comida para ti!
si yo no muriera te mataba hoy mismo de hambre,
pero he de subsistir, y como y gasto por ti y por mi.
Me robas mi fama de truhán y te apoderas de mi hedonismo y mi lujuria,
de cada dos tragos que tomo, el ciento por cien vuela a tu gaznate,
me castigas con dolores, deudas y muy pocas alegrías,
y lo peor que arrastro de ti es oirte decir: ¡COLEGA ANÍMATE!
12 oct 2009
¿Pagaste la cuenta?
El ambiente es romántico de velada perfecta,
el champán reposa gélido entre los hielos,
Nuestros ojos deshacen la cama sobre la mesa,
y bajo ésta, nuestros pies se lo montan en el suelo.
Traen el primer plato y yo pienso en darte un segundo.
Con el segundo recién servido tu aliento es mi postre,
la tarta de chocolate me la comeré en tus pechos;
acaba con esa copa y ven que te remate en el coche.
Imagino tu vestido como un sorbete,
Algo que se deshace, excita y es dulce,
pienso en tu piel como mi siguiente ágape,
y en tus piernas como mi segundo postre.
No puedo esperar a dar cuenta de tu hermosura,
vamos a corrernos aquí mismo, ante comensales y metre,
vamos a satisfacernos, a follarnos con premura,
que no es tiempo y no hay ganas de refrenar este casquete.
Empapo tu torso desnudo con el champán helado,
se alzan tus pezones y excitado bebo de ellos,
me estiro en la mesa; tú te pones de lado,
y comes de mi verga; yo te acaricio el pelo.
Menudo escándalo; puro morbo y pasión,
hay quien alerta de lo nuestro al encargado,
los de seguridad nos arrojan al callejón...
- ¿Cariño, pagaste la cuenta? - No, yo no he pagado.
el champán reposa gélido entre los hielos,
Nuestros ojos deshacen la cama sobre la mesa,
y bajo ésta, nuestros pies se lo montan en el suelo.
Traen el primer plato y yo pienso en darte un segundo.
Con el segundo recién servido tu aliento es mi postre,
la tarta de chocolate me la comeré en tus pechos;
acaba con esa copa y ven que te remate en el coche.
Imagino tu vestido como un sorbete,
Algo que se deshace, excita y es dulce,
pienso en tu piel como mi siguiente ágape,
y en tus piernas como mi segundo postre.
No puedo esperar a dar cuenta de tu hermosura,
vamos a corrernos aquí mismo, ante comensales y metre,
vamos a satisfacernos, a follarnos con premura,
que no es tiempo y no hay ganas de refrenar este casquete.
Empapo tu torso desnudo con el champán helado,
se alzan tus pezones y excitado bebo de ellos,
me estiro en la mesa; tú te pones de lado,
y comes de mi verga; yo te acaricio el pelo.
Menudo escándalo; puro morbo y pasión,
hay quien alerta de lo nuestro al encargado,
los de seguridad nos arrojan al callejón...
- ¿Cariño, pagaste la cuenta? - No, yo no he pagado.
1 oct 2009
Pisadas
Ya se han desgastado de existir las pisadas,
y los caminos que sembraron no se borrarán,
pues bien volverán a su sitio las rezagadas,
y las que quedan por venir, que sin duda recaerán.
Aquéllas que adornaron nuestros años,
que nos alfombraron los aciertos y la edad,
aquéllas que trajeron nuevos nombres:
¡ésas, ésas también volverán!
Así bien me despisto, fallo y caigo,
como bien piso fuerte y, sin mediar,
me entretengo viendo errores, que de antaño
a estos días me producen ansiedad.
Colmadas bien serán las que se adueñen
de la calma que deja el buen caminar,
y fatigadas quedarán, bajo su empeño,
las que en silencio andan sin parar.
Sé que de las venideras habrá cual me pare,
pero no me pronuncio en admitir cual será,
y es que aunque nunca sepas lo que la vida depare,
conoces con certeza que, en la última pisada, morirás.
y los caminos que sembraron no se borrarán,
pues bien volverán a su sitio las rezagadas,
y las que quedan por venir, que sin duda recaerán.
Aquéllas que adornaron nuestros años,
que nos alfombraron los aciertos y la edad,
aquéllas que trajeron nuevos nombres:
¡ésas, ésas también volverán!
Así bien me despisto, fallo y caigo,
como bien piso fuerte y, sin mediar,
me entretengo viendo errores, que de antaño
a estos días me producen ansiedad.
Colmadas bien serán las que se adueñen
de la calma que deja el buen caminar,
y fatigadas quedarán, bajo su empeño,
las que en silencio andan sin parar.
Sé que de las venideras habrá cual me pare,
pero no me pronuncio en admitir cual será,
y es que aunque nunca sepas lo que la vida depare,
conoces con certeza que, en la última pisada, morirás.
22 feb 2009
Yo quiero para gozar
Yo quiero para gozar,
y tengo para darte más,
no puedo parar
y siempre quiero algo más
... para compartir.
Hago por comprender
que todo lo que no se queda se va a perder
y si se pierde, vierte agua del mar
en una herida abierta de par en par
... para que entres.
Escuché decir las palabras prohibidas
de tu boquita, la que me da la vida.
Fue mi perdición, albergué la esperanza
que, por condición,
me tiene a la espera ante tu rica colmena.
Yo quiero para gozar
un poco mucho de libertad,
tan sólo un segundo para volar,
y algo más grande que un mundo para caminar
... detrás de ti.
Escuché decir las palabras bonitas
que me dan la vida, cuando tú las recitas.
Fue mi corazón quien me trajo a tu vera,
con esta pasión
que alimenta huracanes y te vuela las prendas.
y tengo para darte más,
no puedo parar
y siempre quiero algo más
... para compartir.
Hago por comprender
que todo lo que no se queda se va a perder
y si se pierde, vierte agua del mar
en una herida abierta de par en par
... para que entres.
Escuché decir las palabras prohibidas
de tu boquita, la que me da la vida.
Fue mi perdición, albergué la esperanza
que, por condición,
me tiene a la espera ante tu rica colmena.
Yo quiero para gozar
un poco mucho de libertad,
tan sólo un segundo para volar,
y algo más grande que un mundo para caminar
... detrás de ti.
Escuché decir las palabras bonitas
que me dan la vida, cuando tú las recitas.
Fue mi corazón quien me trajo a tu vera,
con esta pasión
que alimenta huracanes y te vuela las prendas.
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