29 nov 2007

Cien silencios

Cien silencios me persiguen,
no los veo pero sí los siento,
pido una poción que apacigüe
este dolor ponzoñoso y ciego.

Pócima de calor en el vientre,
tiento de amor que me lleve,
vientos latentes del cielo,
velas que roben tu fuego.

Arboleda de muy seco ramaje,
mucho oleaje violento y fiero,
piedritas de sal, como equipaje,
que resecan y salan mi sueño.

Será verdad que todo es mentira,
sería suicida querer reencarnar
las ganas que dadas están por perdidas,
y las pobres alas que teman volar.

Mi voluntad huyó tras tus pasos
dejando vacía mi poca moral,
que sabe a restos de fe en el fracaso,
que aleja el ocaso que atañe a mi mal.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

sigue adelante sin miedo
ni prejuicio ninguno
pues solo retrasará el camino
que deseas con tanto anhelo

pues no es fracaso lo perdido
ni temer has de sentir
experiencia tu has percibido
lo mas importante de vivir

"paharo no come alpiste"

Sergio Lesmes dijo...

Gracias otra vez por dejar ver tus alas por mi nido, paharo.
Siempre se agradece un soplo de nuevas brisas por, éste, mi universo.

Anónimo dijo...

Quisiera entregar una parte de lo que siento, como lo hace el cielo con uno de sus reflejos:

Una vez una persona se encontró a una viejecita, perdida en medio de la multitud, desválida, sin amor. No sé lo que ese día le pasó a aquella persona, no entendío, solo sintió.

Se acercó a ella como quien se acerca a un niño, sin quitar ni añadir nada. Abrió sus brazos con el temblor de un anciano, sin perder sus duda, enfrentándose a sus miedos..

- Como te llamas? Preguntó.
- Esperanza. Respondió ella.

Su mirada clara le hizo desaparecer para ver, sentir para ser, recordar para no olbidar.
Las palabras siguientes de aquella mujer fueron transparentes y claras:

- Ahora que me has encontrado sabrás que existe esa verdad en tí. Y que andando el camino llegas a conocerlo.

Seguidamente se abrazaron, y la persona se durmió de nuevo y sin ser el mismo, siguió su sueño.


el ser humano pierde la vida entre sus dedos,
olbidando con todas sus fuerzas que los ojos del alma no són ciegos
la verdad flota en las ilusiones de nuestros sueños,
como la voluntad nace en la elección de desvanecer sus velos.

Sergio Lesmes dijo...

La esperanza nunca se deberia de perder, pero cuando te la olvidas de que existe, es bonito volver a encontrarla.

Gracias por tu aportación en éste universo.