He vuelto a ver a mi ángel,
esta vez me ha dado largas,
he vuelto a visualizarle,
sin querer verme, dio la espalda.
Casi cerca y tan distantes,
hubo terceras, primeras personas.
Labios callados por un instante,
flotando en la belleza que te sobra.
Con más ganas de hablarte me quedo,
con el alma seca a base de dolor,
algo más de un tiempo sin verte llevo,
y aún así, te recuerdo como la mejor.
Añoro el fuego loco de tus ojos,
tu sonrisa acostada en mi mirar,
mis sueños pintados a mano, de rojo,
por pasión por ti, soledad o malestar.
Con un silencio en susurro me hago,
sin ti, con tu voz inmediata y sorbida,
con más placer del que me da un trago,
por verte, cerca y lejana, y para mí; perdida.
Me acerco al recuerdo que, aún hoy, me crece.
Por unos días, sé que me quisiste (quizá lejos),
persiste el problema, que en llanto me retuerce,
sigo en tu ausencia, y aún llorando, no me quejo.
"...Y nunca más supe de ella, hasta que mi garganta susurró su nombre a mis oídos para convencerme de que, lo que veían mis ojos, era su cercana presencia a infinita distancia de mi."
17 jun 2006
11 jun 2006
Mar desangrado
Acompañado de 'a dos velas',
me sigue la estela un reloj sin rumbo,
un pasado empapado en penas,
un presente roto e inoportuno.
HIJO DE LA TRISTEZA
EL DÍA VENCE A LA MUERTE,
soy dios de mi certeza,
vine a vivir por morir para siempre.
Sabios sabores de 'hoy de ti paso'.
si lo haces por voluntad..., lo sé.
no soy tipo para ti; un fracaso,
rojos labios de 'lo noté'.
Cojones cargados de simpatía,
macetas en patio falto de riego,
sonrojos de la diosa alegría
me mantienen vivo, siempre ciego.
Acostumbrado a la presión del malestar,
aprovecho mi salud para desgraciarla.
abrumado, bajo el abismo, suelo estar,
sobre el cielo, intentando no cagarla.
Largos momentos de segundos eternos,
suaves aromas de flor envenenada.
síntomas de creerse previsible, o no.
Una luz, bajo tu brillo, apagada.
Casi como siempre hasta lo remoto,
como casi nunca, dado de sí.
Es como que, casi siempre, nunca poto,
como siempre, voy roto por ti.
Hágase la luz dijo el genio,
Viértanse sudores huecos de alevosía,
si por crema dulce pierdo mi tiempo,
que nunca apaguen la luz de mi día.
Sólo pedirte que me des lo que siento.
Sé que es mío, pero sin ti es mentira,
compartirlo solo es mi propio escarmiento,
de un castigo que afronto con valentía.
Rosario de colores infelices,
me dan la mano, identificados.
mis palabras son sabias en sus matices,
y mi vida es un mar desangrado.
me sigue la estela un reloj sin rumbo,
un pasado empapado en penas,
un presente roto e inoportuno.
HIJO DE LA TRISTEZA
EL DÍA VENCE A LA MUERTE,
soy dios de mi certeza,
vine a vivir por morir para siempre.
Sabios sabores de 'hoy de ti paso'.
si lo haces por voluntad..., lo sé.
no soy tipo para ti; un fracaso,
rojos labios de 'lo noté'.
Cojones cargados de simpatía,
macetas en patio falto de riego,
sonrojos de la diosa alegría
me mantienen vivo, siempre ciego.
Acostumbrado a la presión del malestar,
aprovecho mi salud para desgraciarla.
abrumado, bajo el abismo, suelo estar,
sobre el cielo, intentando no cagarla.
Largos momentos de segundos eternos,
suaves aromas de flor envenenada.
síntomas de creerse previsible, o no.
Una luz, bajo tu brillo, apagada.
Casi como siempre hasta lo remoto,
como casi nunca, dado de sí.
Es como que, casi siempre, nunca poto,
como siempre, voy roto por ti.
Hágase la luz dijo el genio,
Viértanse sudores huecos de alevosía,
si por crema dulce pierdo mi tiempo,
que nunca apaguen la luz de mi día.
Sólo pedirte que me des lo que siento.
Sé que es mío, pero sin ti es mentira,
compartirlo solo es mi propio escarmiento,
de un castigo que afronto con valentía.
Rosario de colores infelices,
me dan la mano, identificados.
mis palabras son sabias en sus matices,
y mi vida es un mar desangrado.
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