Pon ojos a la palidez.
Dale visión al que ya no respira,
Golpeando la sensatez,
Hasta que descanse junto a la ira.
Date prisa, mañana.
Antes te veo, antes te vas.
Por un manto negro arrastrada,
A tu soledad, mi salvedad.
No sin motivos, te alejas.
No sin piedad… pero doliendo.
Sin rumbo fijo, vas de teja en teja.
Y yo con poca edad… voy muriendo.
Tira huellas de humo al viento,
Las seguiré donde me lleven.
Que dance mi alma al son del lamento,
Que las alcance y se enamoren.
Rompe de un pestañeo,
El espejo de sombras azules.
Da nombre a tu mayor deseo,
El que por momentos, te aturde.
Entonces descansaré,
En mi refugio de engaños.
Si te acercas, te oiré,
Y yo, mendigo, te acompaño.
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