Se puede cantar sin voz, pero no sirve de nada,
se puede leer entre las líneas de la mirada.
Se puede pensar en dos aunque no se piense en nada,
se pueden contar las brisas que provoca la mirada.
Se puede gritar sin voz, se puede volar sin alas,
se pueden amar las cosas aunque te quedes sin nada.
Se puede sentir piedad, aunque también se sienta rabia,
se puede tirar a dar con las cosas del alma.
Pero no se puede divagar a ciegas por los escondrijos
que les dan cobijo a las comadrejas, y a la mala hierba
que asoma de improviso en las noches negras,
y nos roba arrope, magia y mil mareas
de nuestro mar en vela.
Se puede brillar sin luz, y sin saber cuando te apagas,
se puede tener en cuenta que a veces no cuentas nada.
Se pueden robar sonrisas hasta en las caras más amargas,
se puede pensar que quizás no merezca la pena vivir el mañana.
Pero no se puede sorprender de nuevas a las mismas voces
que de pronto llegan, y se balancean en la cuerda floja
de los sentimientos, y nos prende fuego
de piel hacia dentro, y nos atormenta
con caricias lentas.
Pero no se puede divagar a ciegas por los escondrijos
que les dan cobijo a las comadrejas, y a la mala hierba
que asoma de improviso en las noches negras,
y nos roba arrope, magia y mil mareas
de nuestro mar en vela.
Se puede...
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