Yo quiero para gozar,
y tengo para darte más,
no puedo parar
y siempre quiero algo más
... para compartir.
Hago por comprender
que todo lo que no se queda se va a perder
y si se pierde, vierte agua del mar
en una herida abierta de par en par
... para que entres.
Escuché decir las palabras prohibidas
de tu boquita, la que me da la vida.
Fue mi perdición, albergué la esperanza
que, por condición,
me tiene a la espera ante tu rica colmena.
Yo quiero para gozar
un poco mucho de libertad,
tan sólo un segundo para volar,
y algo más grande que un mundo para caminar
... detrás de ti.
Escuché decir las palabras bonitas
que me dan la vida, cuando tú las recitas.
Fue mi corazón quien me trajo a tu vera,
con esta pasión
que alimenta huracanes y te vuela las prendas.