Agradas porque reírte sabes de cualquier cosa,
conoces a Indiferencia cuando llama Adversidad,
me gusta que cuando llores lo hagas sonriendo,
y que si llorar has de, nunca sea de verdad.
Alejas la pena tan sólo a pestañeos,
la empujas caduca con la fuerza del ciclón,
retienes perenne la alegría contenida,
y guardarías por todos un pellizco de amor.
No te quedas mirando la vida pasar,
pasas por la vida empujando y yo te sigo,
disimulas caminos que aún están por llegar;
en tus risueñas veredas queda todo imbuido.
Guardas en el mar azucarcillo, y se endulza,
si dijeras de reverdecer desiertos, serías capaz,
pues escondes y enseñas magia y ternura,
y bajo tu atenta mirada redimes bondad.
Llamada eres a morar en todo paradero,
pues tú haces noche en cada corazón,
no cualquiera te olvida; no un olvido sincero,
y quien capaz se muestre, ya perdió toda razón.